Las palabras omitidas son aquellas
que siempre son bien recibidas por
la minusvalía reinante e imperante
en el entorno que gobierna las obtusas
mentes que siendo presas, oprimen a
quienes buscamos mantener la libertad.
Porque siendo todos espejos, muchas
lunas andan resquebrajadas por la agonía
del no querer saber y seguir persiguiendo
sueños ausentes de toda lógica y realidad
antes que vivir plenamente en la alegría de
la entrega absoluta de cuanto poseemos.
Porque tener, induce a pensar que es Ser, y
no hay mas falso que el ego, único beneficiario
de bienes materiales puesto que las ganancias
espirituales solos las acapara la esencia que
anda a la fuga de tanto desatino que deambula
por las frías calles de cualquier ciudad.
Pasan las horas en que la oscura bruma de la
inconsciencia debe marchar, para dar paso al día
en que vuelva a reinar la luz cálida y exilie tanta
incomprensión acomodada en estos tiempos de
locos deseos por prevalecer a costa de cualquier
cosa, todo vale, mas nada pesa si con ello logramos
el objetivo final que no es otro que fulminar los
ecos que aun resuenan de naturaleza divina afligida
ahora por tanta soledad.
Samsara
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